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7 de diciembre de 2012

Viaje al pasado

Autora: Rosario

La familia Ibañes, había preparado una excursión hacia un bosque. Estaba muy lejos de su hogar, por eso decidieron quedarse el fin de semana en una cabaña. El sábado, Camila, de nuevo quería darse una vuelta por el lugar. Ella disfrutaba del olor de los árboles y del ruido de los pájaros, le gustaba la naturaleza. Mientras seguía el caminito de las hormigas rojas, se le cruzó un bichito de luz y lo siguió. El bicho iluminador la llevo hasta un árbol completamente lleno de bichitos de luz, que en el medio, tenía un agujero muy grande.
Camila, se metió dentro sin ningún miedo y salió por el otro lado. Cuando atravesó el árbol, Camila, miró a los árboles: ¡eran muy pequeños!  Agarro su pulsera que se le había caído y corrió a la cabaña. Cuando llegó al lugar exacto donde estaba la cabaña, no estaba. La cabaña no estaba, o sea que sus padres y sus hermanos, no estaban. Entonces, corrió por el campo ( que cuando estaba la cabaña era ruta ) y llegó hasta un pueblito muy pequeño llamado Maltés. No conocía a nadie. Pero escuchó un voz que decía:
_ ¡Llévense un recuerdito de este pueblito!,  ¡Llévense un recuerdo asi lo recuerdan! _
Cami, siguió el ruido de la voz, y la llevó a una tienda de recuerdos. Había muchos recuerdos y en una decía Maltés 1972.
Cami no entendía nada. Tambien había leído un diario que había en medio de la calle, tirado y lleno de tierra que decía:  9/6/1972.
Entonces, se le ocurrió preguntarle a la gente en qué año estában. La gente tenía ropa rara:
_ Señor, una consulta... ¿en qué año estamos?_
_ Estamos en 1972_
_ Bueno, muchas gracias_
 Camila no entendía absolutamente nada, entonces, se le ocurrió una idea: había ido a el mismo árbol en el que estaba antes. El pobre árbol no tenía ni hojas. Cami dijo en voz alta hacia el árbol:
_ Árbol, mandame una ayuda para saber donde estoy y para que alguien me acompañe._
 Entonces, en ese momento, a el árbol se le soltó una hoja que volaba aunque no había una gota de viento  y Cami la siguió. La hoja la llevó hasta un lugar en el que no había nadie y los árboles era completamentes anchos y altos, por eso, nadie la veía. Estaba parada en el medio de todo cuando una lucecita le hablaba con una voz muy aguda:
_ ¿Te acordás de mi? , yo te metí en este lío, y por eso, el árbol de los tiempos me trajo para resolver el problema_
_ ¿Eh?, ¿el árbol de los tiempos?_
_Sí, es el árbol  que atravesaste_
_Ah, si, me acuerdo, pero, ¿dónde estoy?_
_ Ahora te explico todo: Vos estaba en el presente y atravesaste el árbol de los tiempos, y entonces viajaste al año en el que tus padres nacieron: 1972. Pero tienes que buscar la puerta mágica para volver al presente, porque sino desaparecerás porque tus padres no han nacido.
_ ¿Y dónde la encuentro?_
_ En alguna de las siete maravillas del mundo, pero no te preocupes yo te ayudaré, encima que tengo el poder de la luz para ir a cualquier parte del universo.
_ Bueno, gracias, pero no perdamos tiempo, empecemos a buscar la puerta mágica.
Entonces, Cami y el bichito de luz pasaron por todo el mundo: caminaron sobre la Ciudad de Petra, luego pasaron por La Muralla China, visitaron El Coliseo Romano en Roma, respiraron el aire de Machu Pichu, miraron Las Piramides de Egipto y fueron a Taj Mahal. Pero no encontraban la puerta que iría al presente. Aunque le faltaban diez minutos y no habían pasado por una maravilla del mundo: Las Cataratas del Iguazú.
Con la velocidad de la luz del bichito iluminador, fueron hasta Las Cataratas del Iguazú. Buscaron por todas partes, pero no la encontraban. Hasta que en un rincón del bosque de Las Cataratas, veían que brillaban una luces... ¡eran bichitos de luz! ¡como la primera vez!
_ Mira, ahí están mis amigos_ había dicho el bichito de luz.
Corrieron las plantas de los arbustos y estaba la puerta. Entraron por la puerta quedando cinco minutos. Había millones de puertas de distintos años, había un pasillo largo largo con cuadros en la pared. Hasta que llegaron a la última puerta que decía: el presente.
Atravesaron la puerta y... ¡estaban los árboles, la cabaña y todo! Justo en ese momento, Camila le agradeció al bichito de luz y muy contenta, se fué a jugar con su hermano. Nunca más, volvió a ese árbol.

                                                                                                                                                 

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